Origenes de la animación

ORIGEN DE LA ANIMACIÓN


La definición correcta de la palabra animación proviene del latín, lexema «anima» que significa «alma».

Se trataría según el vocablo de la acción de animar se debería traducir como «dotar de alma», refiriéndose a todo aquello que no la tuviera.

Entre las bases del origen de la animación está el mismo juego de sombras y la proyección de siluetas de papeles recortados creados por la cultura china.
La animación apareció antes que el propio cinematógrafo. En 1888 el francés Émile Reynaud, padre del cine de animación, inventó el praxinoscopio, uno de los muchos juguetes ópticos de la época, en el cual se utilizaba una técnica pre-cinematográfica de animación. 




Posteriormente lo perfeccionó con su teatro óptico, que permitía proyectar películas animadas dotadas de argumento en una pantalla para un público y, acompañadas de música y efectos sonoros, mantuvo un espectáculo de dibujos animados desde 1892 hasta finales del siglo XIX.




 De su producción, en la actualidad se conserva ¡Pobre Pierrot!, de 12 minutos de duración. 
El siguiente pionero del cine de animación fue el francés Émile Cohl que desde 1908 realizó los primeros cortometrajes de dibujos animados, entre los que se destaca Fantasmagorie, de un minuto y veinte segundos de duración.








Otro pionero fue George Méliés , el cual utilizó en sus filmes abundantes efectos realizados con técnicas de animación. Además el trabajo del español Segundo de Chomon quien fue un genio de los trucajes, desde el coloreado de películas, pasando por todo tipo de efectos de la época, cuyo repertorio incluye la utilización de maquetas, efectos schüfftan, doble exposición, sobreimpresiones, pirotecnia, escamoteos y el uso de la velocidad de paso de manivela ( la base de lo que conoceremos como stop motion) ayudó que las técnicas de animación fueran desarrolladas y perfeccionadas.